In Memoriam

Carta a José Luis Terrero, amigo

Noticia

Magistrado de la Audiencia Nacional, secretario general del Consejo General del Poder Judicial hasta su fallecimiento, y gran amigo de esta casa en la que colaboró durante muchos años.

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Querido Jose Luis:

No sé cómo empezar. No sé cómo dirigirte esta carta, sabiendo que no vas a estar al otro lado del buzón.

Lo escrito pierde todo sentido y coherencia cuando, a pesar de que yo intento poner en lo que voy a escribir todo mi sentimiento y todo mi corazón, sé -porque nos lo acaban de decir a bocajarro- que tú no vas a estar para leerme.

No sé cómo avanzar. Y eso que, te consta, siempre me ha resultado fácil comunicarme contigo. Desde la primera vez que nos vimos en el año 2010, cuando hiciste un elogio moderado y racional de los Mementos, como herramientas editoriales que -dijiste- siempre habías encontrado útiles en tu carrera.

Poco a poco, tu envergadura personal y tu visión clara de los hechos, de las situaciones, de las circunstancias y de las personas ayudaron de forma notable en este intercambio de opiniones técnicas, incluidas desde luego las jurídicas, que constituían el núcleo de nuestra relación personal.

Sabes que tomaba buena nota de tus opiniones y comentarios. No al dictado del criterio superior, sino en voluntario cumplimiento de la sensatez y lógica mas naturales.

¡Cómo era posible que los Mementos Procesales (exclusión hecha del laboral y tributario) no contaran con jueces y magistrados en su "parrilla de autores"!

La contundencia de la observación era suficiente, como diagnóstico, y como remedio a aplicar con urgencia. Nuestro Memento de Casación tiene, así, ese origen Terrero en su genealogía editorial.

La vida nos da estos zarpazos y nos hace reflexionar, a quienes peinamos más canas que negro, que con independencia de que la baraja contenga todas las cartas... a veces se reparten mal, muy mal. Mal..., muy mal repartidas estas cartas, que hacen que abatas tu baza a los 53 años.

De nada sirve intentar rebelarnos contra la evidencia de lo irreversible. Y por eso, es preferible intentar conservar vivos y activos los recuerdos y los sentimientos.

Es preferible recordar a Jose Luis Terrero como hombre afable, conciliador, imaginativo, desde luego trabajador infatigable.

Es mejor que te recordemos, José Luis, como un amigo cercano, sincero, que no ocultaba la crítica, pero siempre inclinado a que ésta fuese constructiva.

Es inevitable, querido Jose Luis, querido amigo, que la emoción hoy nos pueda y nos desborde. Las personas más cercanas _Virginia, Diana, Luis_ no han sido capaces de estrujarse el alma para que no se les viera llorar.

Claro... Algunos de ellos compartieron contigo experiencias vitales intensas. Pero quizás ahora sea más humano que ellos nos recuerden tu inclinación, casi pasión, hacia lo tecnológico..., aunque en ocasiones te perdieras en las instrucciones del artilugio de que se tratara.

O que yo les transmita lo que me contaste, de aquella pista de esquí, hace mucho tiempo, en la que Luis te seguía, y te interpelaba desde sus poquísimos años de juventud: "¡Juez, juez!".

Con él han sido muchas pistas esquiadas; con no pocos de nosotros, muchas jornadas vividas.

Aunque ahora, hoy, a 24 de febrero de 2015, a todos , a los citados y a todos, nos parecen muy pocas pistas, muy pocas jornadas, demasiada muerte, demasiado futuro que se frustra.

Jose Luis: termino esta carta sabiendo que, pese a lo que he dicho en el primer párrafo, ahí estás, y nos seguirás leyendo, corrigiendo, sugiriendo modelos oportunos, plasmando sensatez en tu consejo. Sé que nos vas a seguir sirviendo de referencia e inspirando, desde la grandeza de tu humanidad, desde la afabilidad de tu personalidad "contagiosa" y de tu recuerdo entrañable y perenne.

Te envío mi último fuerte abrazo.

Tu amigo,

Juan Pujol