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La Escuela Judicial cumple 20 años

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La Escuela Judicial, con sede en Barcelona, se ha convertido en estos años en un referente para otros centros de formación de Europa, Iberoamérica y el mundo árabe. El perfil medio de los jueces que se han formado en la Escuela es el de una mujer, de 29 años, nacida en Madrid o Andalucía y sin familiares que ejerzan una profesión jurídica.

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Desde su entrada en funcionamiento en 1997, un total de 2.922 alumnos han pasado por sus aulas, lo que representa el 55% de los jueces hoy en activo.

El 26 de febrero de 1997, las diez mujeres y los quince hombres que integraban la 48 promoción de jueces españoles iniciaron sus clases en la Escuela Judicial del Consejo General del Poder Judicial, inaugurada ocho días antes. Veinte años después, por sus instalaciones –situadas en Barcelona, en plena sierra de Collserola- han pasado un total de 2.922 alumnos, lo que representa casi el 55 de los jueces y juezas hoy en activo.  

La puesta en marcha de la Escuela Judicial supuso un cambio radical en la forma de preparación de los jueces seguida hasta entonces, ya que esta materia dejó de depender del Poder Ejecutivo para ser asumida en su integridad por el CGPJ, lo que permitió proporcionar a los miembros de la Carrera Judicial, y a quienes aspiran a ingresar en ella, una formación diferenciada de la del resto de profesiones jurídicas.

A partir de ese momento, y en las dos décadas transcurridas desde entonces, las decenas de hombres y mujeres que han formado parte de la Escuela Judicial han trabajado para alcanzar el objetivo establecido en el artículo 307.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial: procurar a los jueces españoles una formación “integral, especializada y de alta calidad”.

Los jueces en prácticas

Mujer, de 29 años, nacida en Madrid o Andalucía, sin experiencia laboral previa y sin familiares que ejerzan una profesión jurídica. Ese es el perfil medio de los 2.922 jueces que a lo largo de estos veinte años han salido de la Escuela Judicial para ocupar sus destinos.

Solo la primera de las veinte promociones que han pasado por la Escuela tenía más hombres que mujeres entre sus componentes: 15 de sus 25 miembros eran varones. Desde entonces, la presencia femenina siempre ha superado el 50 por ciento, llegando al 74 % en la promoción 61 –la que entró en el centro en 2009-, en la que cien de sus 135 integrantes eran mujeres. En total, éstas representan el 64,6 por ciento de todos los alumnos de estas dos décadas (1.888 de 2.922).

Los jueces en prácticas llegan con una edad promedio de 29 años a la Escuela Judicial, después de haber pasado una media de cuatro años y cuatro meses preparando las oposiciones. Menos del diez por ciento de los alumnos tenían menos de 25 años cuando ingresaron en el centro, y un porcentaje aún menor –el 1,64 por ciento- superaba los 40 años.

Atendiendo al lugar de nacimiento de los jueces en prácticas, algo más de un tercio de los que han pasado en estos veinte años por la Escuela eran de Madrid o Andalucía. Estas dos Comunidades Autónomas -con 527 y 517 representantes, respectivamente- encabezan una clasificación en la que les siguen Castilla y León (293), la Comunidad Valenciana (272) y Cataluña (221). En el otro extremo, Illes Balears es la Comunidad de origen de menos alumnos: 24.

Los datos estadísticos revelan también que el 65 por ciento de los alumnos de la Escuela carecía de experiencia laboral previa, y que el 75 por ciento de los jueces en prácticas no contaban con ningún familiar que ejerciera una profesión jurídica. Entre quienes sí tenían uno, no llegan al seis por ciento los que declaraban una relación familiar con un juez o magistrado.

La formación inicial: el método del caso

Una vez aprobadas las oposiciones, quienes aspiran a ingresar en la Carrera Judicial deben superar un curso que incluye tres fases: un programa teórico-práctico de formación multidisciplinar, un periodo de prácticas en diferentes órganos de todos los órdenes jurisdiccionales y una etapa final en la que los jueces y juezas en prácticas desempeñan funciones de sustitución y refuerzo. 

Algunas de las metodologías utilizadas por la Escuela Judicial han sido reconocidas a nivel europeo como mejores prácticas para la formación judicial: una de ellas es la utilización del caso práctico abierto a través del Juzgado virtual.

Bajo la premisa de que en la Escuela Judicial no se trata tanto de transmitir conocimientos que se suponen ya adquiridos, sino sobre todo de aplicarlos, el método del caso constituye la columna vertebral de la actividad docente y se ha perfeccionado hasta desarrollar tres variantes distintas: 

El caso cerrado: el trabajo se centra en dosieres basados en expedientes judiciales. Los jueces en prácticas elaboran ponencias a partir de ese material y se generan debates participativos. El objetivo es ponerse en condiciones de resolver el litigio dictando sentencia, previo visionado, en su caso, de la grabación completa del juicio. 

El caso secuenciado: basado en la recepción progresiva de la información, se inicia mediante la entrega a los alumnos del tipo de documentación con la que un ciudadano acudiría a su abogado. Con ella prepararán la minuta de una demanda, que luego compararán con la demanda real, para ir avanzando paso a paso en el desarrollo del caso. El último día de la práctica deben dictar sentencia.

El caso abierto: en estrecha colaboración con varios Juzgados, algunos de los casos que entran en ellos lo hacen también, de forma simultánea y gracias a las nuevas tecnologías, en la Escuela Judicial, que funciona como “Juzgado virtual”. Los alumnos siguen la tramitación del procedimiento y asisten a distancia al desarrollo de los actos programados, generalmente juicios verbales y audiencias previas de juicios ordinarios. Al concluir, deben dictar sentencia, con la misma información de la que dispone el titular del Juzgado y antes de que lo haga éste. 

La vocación internacional de la Escuela Judicial 

Desde su creación, la Escuela Judicial del Consejo General del Poder Judicial ha tenido una decidida vocación internacional que se traduce en su activa participación en redes de formación judicial en el ámbito de la Unión Europea, Iberoamérica y el mundo árabe. 

Así, la Escuela es miembro de la Red Europea de Formación Judicial (REFJ), que integra a las Escuelas Judiciales y organismos responsables de la formación de los jueces en los Estados miembros de la Unión Europea; de la Red Iberoamericana de Escuelas Judiciales (RIAEJ), que agrupa a una treintena de Escuelas Judiciales e institutos iberoamericanos de formación de jueces y fiscales; y de la Red de Formación Judicial Euro-Árabe (RFJEA). 

Además, la Escuela Judicial es la sede principal del Aula Iberoamericana, una iniciativa puesta en marcha por el CGPJ por encargo de los presidentes de las Cortes Supremas y los Tribunales Supremos de Justicia iberoamericanos. Desde 1999, un total de 2.176 magistrados, jueces y otros operadores jurídicos de veinte países iberoamericanos y de Guinea Ecuatorial han participado en las 107 actividades desarrolladas en este foro de formación e intercambio judicial especializado. 

Conmemoración del 20 aniversario 

El Consejo General del Poder Judicial desarrollará a lo largo de 2017 diferentes iniciativas para conmemorar el vigésimo aniversario de la Escuela Judicial, incluyendo una campaña en las redes sociales –a través de los perfiles @PoderJudicialEs y @Esc_Judicial en Twitter y de la cuenta del CGPJ en Facebook- bajo la etiqueta #20añosEJ. 

También se potenciará la información sobre la Escuela en la página web www.poderjudicial.es, donde se podrán consultar textos e imágenes sobre su historia, funcionamiento y estructura, así como sobre la metodología de enseñanza y los planes docentes.

Estos contenidos están también presentes en un libro editado en castellano e inglés con motivo del 20 aniversario del centro, y cuya versión en catalán estará también disponible en la página web del Consejo en formato pdf.