COMPLIANCE

Labour Compliance: La responsabilidad social de las empresas como base de la excelencia laboral

Tribuna

El Compliance laboral no sólo se ocupa de garantizar el cumplimiento de las normas laborales legalmente exigibles a las empresas (Función de Cumplimiento), sino que va más allá de la letra del legislador para garantizar, de un lado, un entorno libre o con menor riesgo de incumplimientos laborales en una genuina labor de prevención (Función de Prevención), y de otro, debe asegurar, como parte de la responsabilidad social de las empresas, una serie de prácticas laborales tendentes al cumplimiento óptimo o mejorado de dicha normativa laboral (Función de Cumplimiento Óptimo o Excelencia Laboral) con el objetivo de crear un ambiente de trabajo estimulante mejorando el clima laboral y el bienestar de los empleados.

De estos tres pilares fundamentales del compliance laboral (cumplimiento, prevención y excelencia laboral) en esta ocasión abordaremos el último de ellos, y en particular las diversas acciones que actualmente se están realizando en materia de responsabilidad social corporativa (RSC) en el ámbito de las relaciones laborales, o también denominada “Responsabilidad Social Laboral” (RSL) analizando la normativa y estándares internacionales en esta materia, así como varios casos de éxito.

La Comisión Europea, en su Libro Verde, definió la RSC como el “concepto a través del cual la empresa integra de forma voluntaria, las dimensiones social y ambiental en sus operaciones de negocio y en sus relaciones con los/as grupos de interés”.

De esta definición podemos extraer tres notas diferenciadoras: a) el carácter voluntario de la asunción de los compromisos por parte de las empresas en el desarrollo económico sostenible de su actividad; b) la integración de estas actuaciones en el propio modelo de negocio de la compañía, como parte del mismo, y no sólo al objeto de obtener una mera certificación de calidad; y c) su interrelación e impacto directo en  los grupos de interés o stakeholders.

En este sentido y en el marco de la Agenda Europea para el 2020 para crear un marco de economía sostenible, destaca el proyecto DESUR (Desarrollo de Regiones Sostenibles a través de PYME´s Responsables) que propone actuaciones concretas en cada una de las dimensiones de la RSC: económica, medioambiental y social.

La dimensión social de la RSC comprende todas aquellas actuaciones que puedan tener consecuencias sociales beneficiosas a todos los niveles y con respecto a los empleados, clientes, proveedores, comunidades locales y la sociedad en general.

A través del proyecto Desur la Unión Europea recomienda una serie de prácticas laborales y de recursos humanos orientados a la elaboración de políticas y procesos internos centrados esencialmente en el desarrollo del trabajo en entornos seguros y saludables, en igualdad de oportunidades y propiciando a los trabajadores mayores niveles de conciliación familiar,  de formación, y de participación y diálogo, y todo ello en el marco de una actuación ética, responsable y de desarrollo permanente.

Si acudimos a las mejores prácticas y estándares internacionalmente reconocidos en materia de RSC, debemos destacar la Norma norteamericana SA8000, la cual proporciona a las empresas un sistema de gestión de cumplimiento normativo centrado en la mejora de las prácticas laborales en diversas materias, tales como el trabajo infantil, la discriminación laboral, la jornada de trabajo, la remuneración o los derechos sindicales de los trabajadores. La SA8000 es una norma certificable de carácter voluntario avalada por la  Social  Accountability International (SAI) y basada en normas y acuerdos internacionales sobre condiciones laborales (Convenios de la OIT, Declaración Universal de Derechos Humanos, Pactos internacionales, etc.) incorporando principios universales tales como la  justicia social o los derechos fundamentales de los trabajadores como marco de actuación responsable de la empresa.

Por su parte, la Norma UNE-ISO 26000:2012, “Guía sobre responsabilidad social” ofrece una guía global armonizada y voluntaria para cualquier tipo de organización, tanto del sector público como del privado, basada en un consenso internacional entre representantes de las principales partes interesadas, entre ellos AENOR por parte de España, alentando la aplicación de las mejores prácticas en responsabilidad social a nivel internacional. La ISO 26000 aborda siete materias fundamentales (gobernanza, relaciones con la comunidad, medio ambiente, consumidores, prácticas justas de operación, derechos humanos, prácticas laborales, etc.) de la responsabilidad social de las empresas definidas de una forma coherente y complementaria a las declaraciones y convenciones de las Naciones Unidas y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el ámbito laboral. Para cada materia la norma proporciona información y comprensión sobre su alcance, su relación con la responsabilidad social y su integración en la empresa, así como los principios, acciones y expectativas relacionadas con cada área de actuación. Concretamente en lo que respecta a las “Prácticas Laborales”, la norma se ocupa de asuntos relacionados con el trabajo y relaciones laborales, condiciones de trabajo y protección social, diálogo social, salud y seguridad en el trabajo, desarrollo humano y formación en el lugar de trabajo.

Tanto la Norma ISO 26000 como la SA 8000 actualmente son los máximos referentes internacionales en materia de implementación de buenas prácticas laborales proporcionado a las empresas criterios esenciales de actuación para la optimización de sus relaciones laborales y fomento de la participación y del pleno desarrollo de los empleados.

Algunas de estas prácticas laborales son las que además se tienen en cuenta por la prestigiosa organización Great Place to Work, referente internacional en consultoría de investigación y gestión de recursos humanos, para elaborar el Best Workplaces (“Los mejores lugares para trabajar”). Este ranking se realiza bianualmente con base en la percepción de los propios empleados y en las prácticas y políticas de recursos humanos desarrolladas por las empresas. En el 2016 encabezaban el ranking las empresas españolas Brico Depot (más de 1.000 empleados), Mars España (de 500 a 1.000), Cisco (de 250 a 500) y AR Diamante Beach Spa (de 50 a 100), valorándose, entre otros criterios, el número de puestos creados, una tasa razonable de rotación de personal, el establecimiento de áreas de descanso para los empleados, políticas de horarios flexibles y teletrabajo, retribución variable, beneficios sociales, tratamientos y servicios de ocio para empleados, sistemas de garantía de equidad salarial o mecanismos de comunicación bidireccional dando protagonismo a los empleados en la toma de decisiones.

Por tanto, uno de los principales objetivos de las acciones de responsabilidad social laboral será lograr que el empleado finalmente decida que su empresa es el mejor lugar para trabajar, bien porque la empresa se ocupa de él y/o de su familia con acciones de protección y beneficios adicionales a los establecidos legalmente, porque exista un clima laboral óptimo donde se premien valores como el compañerismo, la lealtad o la confianza, o sencillamente porque en la organización se trabaje por y para el bienestar de los propios empleados generando un sentimiento de orgullo de la marca corporativa.


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