Homenaje

Homenaje a la figura del abogado Paco Segura Fernández-Arias

Noticia

El 24 de marzo falleció el abogado Paco Segura, socio fundador del despacho Lasarias y colaborador y amigo de la editorial. Con este breve homenaje, Lefebvre ·El Derecho transmite sus condolencias y se suma a las muestras de cariño manifestadas por sus familiares, amigos y colegas de la profesión.

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Paco Segura, abogado vocacional, se licenció en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid en 1995, obteniendo el doctorado en filosofía del derecho. Posteriormente, realizó un Máster en Tributación y Asesoría Fiscal en el Centro de Estudios Financieros (CEF).

Era miembro del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.

En el año 1999 entra a formar parte de un despacho especializado en asesoramiento de empresas, situado en la madrileña calle de Goya. El 1 de enero de este año funda, en la misma sede que el anterior, el despacho Lasarias Abogados.

Colaborador y amigo de la editorial desde sus inicios, ha venido aportando su experiencia y conocimientos en el ámbito del derecho civil, especialmente en materia de sucesiones, y tributario.

A continuación, transcribimos unas palabras de cariño de Francisco Martín-Caro, redactor del área mercantil de Lefebvre ·El Derecho, y buen amigo de Paco Segura Fernández-Arias.

«Recientemente, nos ha dejado nuestro compañero.

Falleció en la flor de la vida, de forma inesperada, repentina, sin avisar de que se nos iba. Y lo hizo con las botas puestas, en su Despacho, un gélido viernes 24 de marzo de 2017 a última hora de la tarde-noche, tras dejar todo ordenado para retomar su tarea el siguiente lunes 27, y en el momento en que se disponía a ir a casa para estar junto a su querida esposa Beatriz y sus dos niños, de 5 y 9 años, que eran su alegría y gran sentido de su vida.

Un infarto acabó cruelmente con él, en la soledad de su Despacho, teniendo como mudos y únicos testigos sus papeles y libros.

Paco tenía 47 años, pero la ilusión, fuerza y empuje de un universitario de veinte. Le recuerdo siempre con un libro en la mano, de derecho o de filosofía, con una espléndida sonrisa y una voz que transmitía tranquilidad, sosiego y esperanza, porque Paco era de esas personas que instantáneamente contagiaba su positividad, ganas de vivir y deseo permanente de crecer como persona.

Paco era un abogado de raza, culto, de honor, dignidad y sólidos principios. Tras varios años de arduo y difícil trabajo, hace pocos meses pudo hacer realidad uno de sus sueños de juventud: fundar su propio Despacho de abogados (Abogados Lasarias), junto con las abogadas Bestabé Laullón y Esther Mateos, compañeras de fatigas y sobre todo amigas. El mismo día que falleció había celebrado la última incorporación al Despacho de otros abogados, pero la vida, sin explicación alguna y de forma absolutamente injustificada, le arrebató seguir paladeando ese dulce momento, y sobre todo ha privado a su familia y amigos, y especialmente a su esposa e hijos, de seguir disfrutando en el día a día de un ejemplar amigo, esposo y padre.

Todos los que hemos conocido a Paco coincidimos en que era, ante todo, una persona leal y generosa, que se desvivía por ayudar a los demás, y una persona con un gran sentido del humor, herencia, probablemente, de sus genes sevillanos.

Además, tenía un don especial para la oratoria. De hecho, una de las cuestiones que Paco tenía pendiente conmigo era enviarme la elegía que escribió para el funeral de su amada madre, que a pesar del paso de los años aún recuerdo con intensa emoción. Paradójicamente, sin haberla recibido, escribo esta elegía para él, que estoy convencido de que la sentirá en lo más profundo de su ser allá donde se encuentre.

No quiero despedirme sin dejar de resaltar la otra gran pasión de Paco: su “atleti” (colchonero). Lo que es la vida, con sus luces y sus sombras: el domingo por la mañana, en el Cementerio de San Isidro, que está situado justo enfrente del estadio Vicente Calderón, en el instante en que su cuerpo se fundía con la madre tierra, irrumpió con gran fuerza el himno del Atlético de Madrid acompañado de los vítores de la afición.

Paco, como te dije ese domingo, frente a tu tumba, rodeado de todos los tuyos, mis lágrimas, nuestras lágrimas, son de dolor, sí, pero sobre todo de agradecimiento por haber tenido la suerte de conocerte y compartir contigo tan buenos momentos. Personas como Paco siempre tienen un espacio en nuestro corazón. ¡Hasta siempre amigo y hermano!»

 

Fdo: Paco Martín-Caro (abogado, redactor de Lefebvre y, sobre todo, amigo de Paco Segura).